miércoles, 5 de enero de 2011

La sonrisa cordobesa.


El 29 de julio de 1.945, Manuel Rodríguez "Manolete" era cogido por un toro de Curro Chica en la plaza de Alicante cayendo de tan mala forma a la arena que se fracturó la clavícula. Por tal motivo, perdió 22 corridas en una temporada que, de otro modo, hubiese sido la mejor del diestro cordobés en número de actuaciones tras la triunfal del año 44 con 92 festejos.

Lo que hoy es motivo de seguimiento para cualquier “galáctico” de nuestro deporte, fue para el semanario “El Ruedo” noticia en las páginas centrales: la retirada del yeso de su brazo izquierdo lesionado. Manolete, nervioso, esperaba la llegada del doctor López Durán pues su único deseo era torear pronto. Una vez retirada la parte que cubría el brazo, pues se dejó la del pecho, y tras unos suaves movimientos el doctor mostró su satisfacción y adelantó una pronta reaparición. La angustia del torero dio paso a bromas y una sonrisa en su habitual serio semblante como pocas veces reflejó la prensa de la época. Y la habitación 220 del hotel de Las Rozas en el que se alojaba, donde dos horas antes el silencio punteaba una pausa llena de incertidumbres, recobró un tono jovial y alegre… En la calle, un aficionado al corriente de la noticia no tardó en pregonar: “¡Manolete torea! ¡Ya torea Manolete…!".




Desafortunadamente, reaparecería el 6
de agosto sufriendo una recaída que le obligó a perder 11 corridas más.





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Extraña confusión...
Hace poco coincidíamos el maestro López Canito y un servidor en lo pésimas que son algunas biografías de Manolete, pues acostumbran a utilizar las imágenes de aquel percance de Alicante en lugar de las fotos únicas del incombustible Cano de la trágica tarde de Linares. Me contaba cómo ese documento gráfico de incalculable valor, colgaba de las paredes de la habitación del genial fotógrafo. Afortunadamente para los aficionados, la drámatica secuencia vería la luz con motivo de la publicación en 1.984 del libro de Filiberto Mira “Vida y tragedia de Manolete”.

Mi modesto homenaje consiste en deshacer, si cabe, la confusión con este acrílico.


"Cogida [sin muerte aun] de Manolete", acrílico sobre lienzo de Luis López.

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