El 7 de Mayo de 1.922 Manuel Granero toreó su última tarde en Madrid. Camino de la plaza el infortunado diestro pasó por el estudio del fotógrafo "Kaulak" dejando
para la posteridad una instantánea en la que el rostro del torero presagiaba su final. Esa foto es el hilo argumental del siguiente relato corto
* * *
"Manolo sujeta el capote sobre el hombro contrario atendiendo a la abertura
del obturador. Sostiene una mirada melancólica. No sabe qué almorzará ni qué
dos toros sorteará a mediodía. Como tampoco que al caer la tarde, cerrará los
ojos ahogado en cloroformo para no abrirlos jamás.
“Manué” no sabe que su última foto vestido de luces caerá,
años después, en manos de ese cronista que la mira pensando con qué frase
cerrar la reseña de la corrida del día. Que no intuye, como ni tú mismo sabes
atento lector, qué ocurrirá al levantar la vista de esta palabra. Desconozco
adonde te empujará esto que lees, pero de algún modo trato de expresar que
todos somos como Manolito. A todos nos sigue el morlaco final y un último
almuerzo. Así pues, mira directamente a la cámara y ¡sonríe!"
"De bromuro y plata" - Luis López
2 comentarios:
Luis:
Igual esa es la gracia del juego, el no saber si te vendrá un as o el cinco de bastos. Pero como tú dices, hay que aprovechar hasta ese basto, porque gana al cuatro y al tres.
Un regalo más que interesante, con cierta incertidumbre. Eres un artista completo.
Un abrazo
Enrique,
con este relato participé en la última edición del concurso de microrrelatos de Clarín-RNE.
La verdad es que la tauromaquia de la Edad de Oro y Plata son fuente inagotable de inspiración. Aquella época en la que la pasión por la Fiesta escapa de nuestro entendimiento.
Me alegro de haber creado en ti esa incertidumbre con su lectura. Algo propio de tu sensibilidad.
Un abrazo,
Luis
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