"Torero saludando" (1866-1867). Óleo sobre tela (171 x 113) de E. Manet |
A finales de agosto de
1865 el pintor Édouard Manet (1832 – 1883) inició un breve viaje por España. Este es el hilo conductor de “La España de Manet” (Edinexus, 2003), selección
de textos epistolares de Carlos Melchor que recoge las cartas cruzadas entre Manet y sus
amigos con opiniones de nuestro país y la pintura de entonces.
Y es que Manet durante su
periplo asistió a los toros en la vieja plaza situada junto a la Puerta de
Alcalá de Madrid. Además de tomar contacto directo con la obra de su admirado
Velázquez, el pintor conoció las escenas y grabados taurinos de Goya. Tales referencias
tendrían influencia en su obra posterior.
El libro de formato
pequeño y sencilla lectura, contiene algo más de ciento cincuenta ilustraciones
y un interesantísimo análisis del profesor Romero de Solís sobre la relación de
Manet y los toros. Parte de la prohibición durante la Revolución Francesa de
los festejos "a la usanza española” al sur del territorio galo. Tal negativa
supuso en muchos casos enfrentamientos y manifestaciones que llevaron a su
progresiva autorización. Tradición que incluso se extendió aun más por la
influencia de la emperatriz y gran aficionada Eugenia de Montijo. De ahí que el
interés de Manet por lo taurino lo demostrase antes incluso de su viaje a España en lienzos y dibujos.
Ilustra la portada un
detalle de su obra “Torero muerto”, impresionante óleo expuesto al público en la Galería
Martinet de París en 1865. Lo hizo frente a otro lienzo, “Cristo muerto”.
Casualidad o no pareciera que Manet quiso fundir la serenidad con que el
matador asume la muerte remitiendo de este modo a la del Mesías. Y así Édouard Manet
destacaría al matador como héroe popular presente en la vida cotidiana: el
torero es ese personaje real y maravilloso que vive y muere entre nosotros.
"Corrida de toros" (1866). Óleo sobre tela (48 x 60) |
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