jueves, 26 de noviembre de 2009

Tanto monta...


Ventura, Hermoso de Mendoza… los emergentes Leonardo Hernández y Noelia Mota… el rejoneo vive uno de sus más dulces momentos desde que a comienzos del siglo pasado resurgió como parte complementaria de las corridas de toros. También es para mi fuente de inspiración, pues hacer arte de dos animales en movimiento solo se alcanza a base de un entrenamiento constante sobre la grupa.

El caballo, ese animal fuerte pero predominantemente miedoso pues huye por derecho en su defensa, en el rejoneo se convierte en un engaño vivo. Se doblega a los gestos de su jinete para esquivar las embestidas del toro, templando y mandando a la vez y hace del rejoneo un impagable espectáculo de camaradería entre el caballero y su cabalgadura que se percibe con mucha emoción en el tendido. Caballero y caballo, tanto monta...


El portugués Rui Fernandes a caballo
(grafito sobre papel de Luis López)

Con razón tuvo que ser un caballista, Manuel Baena, el que escribiera, a modo de poesía, una hermosa dedicatoria a su caballo…

Si estoy solo en el campo,
si me miran las piedras y la grama,
si siento entre mis piernas
esa jaca torera,
que vibra solo con mi pensamiento,
con su sangre pendiente de mi alma,
dándole movilidad a mis ideas,
prestándoles su fuerza y su gracia,
¡empiezo a estar pagado!.

[...]

Hay tan solo una jaca,
una jaca castaña
que no habla,
pero que entiende
las cosas que me pasan
y torea conmigo,
de tal forma
que el placer de montarla
unido va,
al aire que respiro,
a los dolores,
a la sed,
al agua.

¡Tiene gracia,
porque todo se lo debo a un caballo!.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Fallados los premios en Escucha.

Hace unas semanas se fallaron los premios del XVI Concurso de Pintura Taurina de Escucha (Teruel). Nuestro admirado Enrique Pastor fue segundo con una obra centrada en el derribo de un varilarguero. Además, ha tenido el detalle de mandarme las fotos del resto de premiados para compartirlas con todos.

El primer premio correspondió a Juan Antonio Álvarez Pérez, de Castellón, con un collage titulado "Picadores". Este artista también resultó ganador de la pasada cita de pintura taurina en Logroño. Y el tercer premio fue a parar a las manos del madrileño Francisco Campos Tocornal con su obra "Suerte natural en sepia".


Nivel alto el de este concurso que reunió a unos 30 artistas de todos los rincones taurinos. ¡Enhorabuena a los premiados!.




















Arriba dcha., "Picadores" de J.A. Álvarez, primer premio.
Centro izda., segundo premio obra de Enrique Pastor y
(abajo dcha.) "Suerte natural en sepia", tercer premio
de Francisco Campos.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Castella, le Roi.

Cuando el pasado mes de agosto vi a Sebastian Castella (Herault, Francia – 1.983) en Málaga, me di cuenta de que estaba ante un torero valiente pero de gran sensatez taurina. Anunciado inicialmente mano a mano con Perera, dejó atrás al resto de la terna en un arrimón del que arrancó una oreja a cada toro pese a la tacañería presidencial. Orejas que finalmente sumarían 45 las cortadas en 30 paseíllos en plazas de primera categoría, con uno de los mejores coeficientes del escalafón. Las dos puertas grandes de Las Ventas refrendaron la temporada más interesante del torero francés.

¿Joven maestro?. Yo no me atrevería a tanto. Para maestros aquellos en los que el templado espada se mira: Manolete, Ordóñez, Ojeda… pero si que es de aquellos que por su serio carácter ha hecho de la profesión su vida. Conoce tanto al toro como las suertes de la lidia, pero la etiqueta de maestro es un temprano tributo para un camino, a veces, penoso. El maestro, desafortunadamente, no tiene margen de oportunidades y toros. Jamás estará íntimamente satisfecho y en ese afán de superación descuidará, en ocasiones, los cánones básicos de su tauromaquia… quién sabe si en busca de nuevas reglas. Maestro, ese científico de luces capaz de morir en el laboratorio del ruedo.

Con la Oreja de Oro 2.009 de Radio Nacional ganada con diferencia el pasado domingo, Castella hace de esta temporada un ciclo redondo. Incluso jugando con la teoría de las descripciones de Russell podemos afirmar merecidamente de él “¡Castella, Rey del trono de la torería!”.
"Castella, maestría pendiente"
acrílico sobre papel de Luis López.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Corazón de poeta, corazón de torero.

Entre lo escrito y leído sobre Ignacio Sánchez Mejías, siempre me llamó la atención la anécdota, si se puede llamar así, en la que el poeta Rafael Alberti, taurino él y gran amigo de Ignacio, hizo el paseíllo en la plaza de toros de Pontevedra el 3 de julio de 1.927.

Alberti, que de alguna forma soñaba con vestirse de luces, encontró en el espada sevillano el alma cómplice de su deseo. Hubo una intentona por que figurara en su cuadrilla en un festejo anterior en Badajoz, pero finalmente el poeta se negó. En cambio, a las cinco y media de aquella tarde del mes de julio, Alberti acudió al patio de cuadrillas vistiendo un terno naranja y negro, traje, por cierto, de luto que Ignacio conservaba desde la muerte de Gallito en Talavera. Los minutos siguientes debieron ser sublimes y eternos, “con cierto encogimiento de ombligo...” como relataría después en su libro de memorias “La arboleda perdida”. Finalizado el paseíllo, el poeta andaluz había hecho todo lo que tenía que hacer aquella tarde en el ruedo: sentirse hechizado por las impresiones de la tarde, percibir la balsámica sensación del éxito en forma de aplausos y vítores y poco más. Al salir el primer toro, comprendió la astronómica distancia que hay entre un hombre sentado ante unos versos y otro de pie esperando la embestida del “ciego rayo sin límite” que es un toro de salida. Y de esta forma, terminada la corrida, se cortó la coleta. Una efímera carrera taurina que duró tan solo tres horas. Como así hizo de manera inesperada también Sánchez Mejías esa misma tarde.


"Diego Urdiales liándose el capote de paseo",
acrílico sobre papel de Luis López.

Juan Ramón Jiménez, al enterarse del suceso, llegó a decir de manera sarcástica: “Me he enterado de que Alberti anda con gitanos, banderilleros y otras gentes de mal vivir… ¡Está perdido!”.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Presentación de "La amargura del triunfo" en Madrid.

El pasado miércoles tuvo lugar en los salones de la Fundación Wellington a presentación del libro "La amargura del triunfo" de Ignacio Sánchez Mejías. El acto contó con la presencia del coordinador de la obra, Andrés Amorós, los comentarios del diestro Enrique Ponce y el presentador Pedro Piqueras y el verso emocionado del actor Pepe Martín.


Muchas caras conocidas entre los asistentes, entre las que se encontraba el fotógrafo Juan Miguel Sánchez Vigil, al que pude saludar. Me comentó la existencia de una estupenda bitácora, Larga Cambiada, que él mismo gestiona y que os recomiendo por el alarde de fotografías taurinas que posee. En su blog podéis ver también un resumen del acto.
Presentación
de "La amargura del triunfo"
en la Fundación Wellington.