...en Burgos, el 27 de mayo de 1860, se celebró una corrida de toros en la citada ciudad, estoqueándose seis reses de Bañuelos. Como espadas figuraron “El Relojero” y Gregorio López.
Pues resulta que la empresa sólo disponía de ocho caballos, y los picadores se negaron a lidiar si no había propina. El empresario se negó a ello, y al salir el quinto toro sólo quedaban vivos dos caballos. La citada res se encargó de “liquidarlos”. Antes de salir el sexto, los matadores se negaron a torear si el toro no se picaba, a lo que alguien indicó que, ya que se habían terminado los caballos, se picara desde la barrera, solución que fue aceptada por el presidente de la corrida, pues el público inició una airada protesta para que se le devolviera el dinero.
En vano se opusieron los varilargueros, quienes, antes de ir a la cárcel, optaron por picar montados en la barrera. La innovación fue acogida con el jolgorio del respetable, pues cada vez que el toro embestía, el picador caía de cabeza al callejón.
Finalmente el toro fue picado y no se devolvió el dinero, que era lo que interesaba.
Pues resulta que la empresa sólo disponía de ocho caballos, y los picadores se negaron a lidiar si no había propina. El empresario se negó a ello, y al salir el quinto toro sólo quedaban vivos dos caballos. La citada res se encargó de “liquidarlos”. Antes de salir el sexto, los matadores se negaron a torear si el toro no se picaba, a lo que alguien indicó que, ya que se habían terminado los caballos, se picara desde la barrera, solución que fue aceptada por el presidente de la corrida, pues el público inició una airada protesta para que se le devolviera el dinero.
En vano se opusieron los varilargueros, quienes, antes de ir a la cárcel, optaron por picar montados en la barrera. La innovación fue acogida con el jolgorio del respetable, pues cada vez que el toro embestía, el picador caía de cabeza al callejón.
Finalmente el toro fue picado y no se devolvió el dinero, que era lo que interesaba.
"Mala vara", tinta sobre papel de Luis López.
4 comentarios:
Sujeten a ese caballo. Dan ganas de echarle mano para que el toro no lo derribe. ¡Qué difícil es darle movimiento a algo plano, sólo con un lápiz, un pincel y un poco de tinta. Pero está claro que es posible. Esta es la prueba.
Querido Enrique,
Muchísimas gracias por tu comentario que viene de un exigente aficionado, como consta en cada entrada que escribes en esa bitácora de referencia que es Toros Grada 6.
Me ha emocionado encontrar en pocas palabras el resumen de una obra y su intención. Has captado la idea de movimiento y eso es de agradecer.
Tus palabras son siempre bienvenidas. Un abrazo,
Luis
Muy bien definido, Enrique! la verdad es que esta acuarela es de lo mejor que he visto en este blog (sin desmerecer el resto de dibujos).
Hay dos detalles de esta acuarela con los que me quedo, el primero es lo poco detallado que está el toro consiguiendo dirigir la vista al picador y caballo.
El otro es lo bien situado que está el cuadrado que aparece a la izquierda, haciendo que el espectador tenga la sensación de desencuadre y de que el caballo se está saliendo de la escena.
Muy bueno, sí señor!
Un saludo
Luis Pineda
Querido Luis,
Mil gracias por tu apreciación que sabes que valoro mucho, pues como pintor eres consciente de lo complicado que es esto.
Del mismo modo aprovecho la oportunidad para valorar tu trabajo como artista que eres, evitando la monotonía, llenando el lienzo de detalles de luz y color y demostrando una inagotable ambición por "ir a más".
Con cariño para los tres,
Luis
Publicar un comentario