¿Imagináis un cartel formado por Chicuelo, Pepe Luis, Curro y Morante? Pura fantasía, pero ¿qué me decís de una alegoría de esa corrida de fábula pintada por el mismísimo Pedro Escacena?. Algo factible teniendo en cuenta la vitalidad que atesora el gran pintor sevillano, que considera a esos cuatro diestros los pilares del arte taurino. Y con el mismo brío no duda en escenificar cuando es necesario, lo que para él es el toreo en el mismo jardín de su bella villa. Con la planta asentada, la derecha ejecuta un redondo al viento en la cálida noche veraniega alargando la embestida de un Eolo tardo y bravucón. Toreo fundamental, clásico y un punto arrebatado como valor seguro.
¡Como toda su obra taurina!.
Con su firma irrumpió de forma inesperada en 1984 con aquel cartel maldito de Pozoblanco, hoy pieza cotizadísima que conserva en la bodega en la que inicié un recorrido por los rincones de su casa-museo, acompañado por su simpática mujer Aurora. Los dos forman una vivísima e inseparable pareja envidia de cualquiera, pues ambos van a una.
¡Como toda su obra taurina!.
Con su firma irrumpió de forma inesperada en 1984 con aquel cartel maldito de Pozoblanco, hoy pieza cotizadísima que conserva en la bodega en la que inicié un recorrido por los rincones de su casa-museo, acompañado por su simpática mujer Aurora. Los dos forman una vivísima e inseparable pareja envidia de cualquiera, pues ambos van a una.
Entre chascarrillos e ingeniosos comentarios me enseñan su garaje, “el más taurino del mundo”, repleto de carteles suyos, una lata de aceite “Torero” con Curro en un remate por bajo, almohadillas y un burladero al fondo. Desde allí llegar al taller obliga un recorrido por estancias y pasillos en los que cuelgan esos fabulosos originales que todos hemos visto en carteles y programas de mano. Y hasta alegorías de personalísima interpretación junto a alguna “rareza”, como un pequeño óleo con el desplante de un esqueleto muleta en mano ante un cráneo de bovino. "¿Quién es?" –me pregunta. Ante mi duda no tarda en desvelar el secreto: el Faraón de Camas, que ni muerto para quieto. Lo gracioso es que hasta el mismo Curro lo sabe, lo que le convierte en un lienzo apreciadísimo.
Escaleras arriba llegamos a su taller, ese por el que unos aficionados franceses llegaron a recorrer kilómetros para visitarlo. Pedro resta importancia a la anécdota para mostrarme sus últimos trabajos, esos que pronto iluminarán los carteles de las ferias de España. Curro Díaz, Juan Mora, Paula, Morante… Talavante de corto… Instantes y toros que no mueren nunca dando gloria a su inspiración, como canta el pasodoble que escribió para él José Nieto…
“…son tus pinceles toreros,
tu arte maravilla
dentro y fuera del ruedo,
orgullo de la afición…”
La noche cayó y el arte mudó a las manos de Aurora que, con infinita paciencia, “estoqueó” una a una las cañaíllas que despachamos. Hablamos de toros, de pintura, de lo confesable y de lo indecible… Y fueron muchas, no sé, ¡perdí la cuenta! las veces que el perfil de Pedro a contraluz extirpó a la cálida noche veraniega un redondo… y otro… y otro…
¡Olé por Pedro Escacena!.
Escaleras arriba llegamos a su taller, ese por el que unos aficionados franceses llegaron a recorrer kilómetros para visitarlo. Pedro resta importancia a la anécdota para mostrarme sus últimos trabajos, esos que pronto iluminarán los carteles de las ferias de España. Curro Díaz, Juan Mora, Paula, Morante… Talavante de corto… Instantes y toros que no mueren nunca dando gloria a su inspiración, como canta el pasodoble que escribió para él José Nieto…
“…son tus pinceles toreros,
tu arte maravilla
dentro y fuera del ruedo,
orgullo de la afición…”
La noche cayó y el arte mudó a las manos de Aurora que, con infinita paciencia, “estoqueó” una a una las cañaíllas que despachamos. Hablamos de toros, de pintura, de lo confesable y de lo indecible… Y fueron muchas, no sé, ¡perdí la cuenta! las veces que el perfil de Pedro a contraluz extirpó a la cálida noche veraniega un redondo… y otro… y otro…
¡Olé por Pedro Escacena!.
Álbum de fotos:
Gracias a Pedro y Aurora por compartir una tarde inolvidable conmigo. Estas fotos son solo una muestra del buen rato que pasamos juntos. En la primera, Pedro posa en el jardín de su casa con un apunte que le regalé como recuerdo de nuestro encuentro.
Hasta pronto amigos
Pedro y un servidor en el salón de su casa en Tomares (Sevilla).
"Arte después de la muerte" alude a la figura de Curro Romero.
Numerosos óleos, futuros carteles, reposan en su taller.
Aurora, su mujer, ante un cuadro pintado por el propio Escacena.
2 comentarios:
Que lujo Luis! la experiencia debio ser apasionante. Ya nos contaras, un abrazo.
Paco
Querido Paco,
como dices, toda una experiencia enriquecedora. Un maestro con ADN propio del que siempre hay algo que aprender.
Gracias por tu comentario. Un abrazo,
Luis
Publicar un comentario