Tras su paso por Cartagena
y haciendo “doblete” con otra muestra en León, el joven pintor Francisco José
Ortega (1983) recala en la capital madrileña con “Tauromaquias”. En un mano a mano,
pared frente a pared con otro reconocido pintor taurino como es César Palacios,
Ortega trae una colección de óleos sobre papel entretejido de formato mediano. Algo
que tanto al aficionado como al amante de la pintura en general nada importará
teniendo en cuenta la calidad en la forma y en el color de sus trabajos. Y es
que el pintor albaceteño tiene muy clara la metodología de trabajo a fin de materializar “las ideas que
a uno le rondan y que en la cabeza, en ocasiones, aparecen espontáneas
brillantes y claras y en otras hay que
ir a buscarlas allá donde se esconden…”. Es pintor de emplear poco los bocetos
iniciales y prefiere centrar el esfuerzo en la obra que ya tiene cabida en su
mente. Pese a lo sistemático de su quehacer diario, considera “más divertido
dejarse llevar cuando estas pintando… andar un camino que no sabes bien donde
te lleva, experimentar, jugar con las manchas y chorretones, dejar zonas
inacabadas…” Algo que se plasma claramente en sus chaquetillas, sus toros de
comportamiento inesperado y en sus maestros meditabundos entre el túnel de
cuadrillas y la arena. Y termina con una interesante reflexión ya que “durante
todo este viaje algunas obras acaban siendo, aun sin pretenderlo, los bocetos
de otras”.
Afortunadamente la pintura puede sentirse
orgullosa de este joven valor de trabajos no exclusivamente taurinos. Esperemos
que ni la crisis ni el azote a nuestra Fiesta desanimen a este artista para el
que comenzar una obra pasa por ser un ejercicio ajeno al rigor y
encorsetamiento. Es un pasatiempo. Un capricho para los sentidos.
Francisco J. Ortega + César Palacios
Galería Montesqui
c/ Alonso Cano, 42 – Madrid
Hasta el 30 de junio
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