La tauromaquia se ha manifiestado desde sus orígenes en todas las artes y es lo que hace de ella una forma artística única. Concretamente en escultura, Mariano Benlliure (1862 - 1947) destacó con nombre propio en la primera mitad del siglo XX. Autor de muchas esculturas que adornan calles y parques, se preocupó por aportar a sus obras un sentido narrativo en el que supo captar el movimiento de forma admirable. Y ello lo plasmó en su obra dedicada a la tauromáquia: toros de salida con "trapío Benlliure", tercios de varas con caballos desnudos sin peto ante las embestidas de las reses, el monumento homenaje al torero muerto en el ruedo... En mi opinión "Una buena vara" tiene lo más significativo de la lidia de su tiempo. Por un lado, ese caballo al descubierto, sin peto, que se defiende mordiendo el morrillo del toro, como sabiendo que de no hacerlo será parte del tétrico paisaje del ruedo de entonces. A la vez, el picador con un terno a la antigua usanza ha perdido el castoreño y con gallardía sujeta vigorosamente con su vara la embestida de un toro con los cuartos traseros clavados en el albero y que mete los riñones en clara demostración de bravura y pujanza. Se trata de una representación escultórica presentada en la Expo de París de 1900 que deja a las claras lo importante que era esta suerte a comienzos de siglo, y que me he permitido homenajear junto a estas líneas.
Arriba: "Homenaje al maestro Mariano Benlliure y su Buena Vara" de Luis López.
Estilográfica negra sobre papel con añadidos en gris.
1 comentario:
que bien Luis...
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