sábado, 4 de septiembre de 2010

Tintas de verano.

Una de las cosas que más nos agradan de las vacaciones es el tiempo de ocio. Personalmente doy tregua a la rutina para pasar al cuidado del alma; inercia de los hábitos cotidianos convertida en rutina de los sentidos.

Abandoné mi metafísica de tres al cuarto una mañana al salir a mandar unas postales y de paso, preguntar en una oficina de correos por alguna serie de sellos con motivos taurinos. Mala pata la mía fue dar con una funcionaria que, tajante, no sabía nada pero que si por ella fuese las corridas las prohibiría todas. Crecida, salpimentó sus explicaciones con aquello de que si el toro en el campo si pero en la plaza no. Vamos, la charla "disneyzante" de siempre en la que son especies animales Timon y Pumba mientras que suricato y facocero no van más allá de refinados insultos. Afortunadamente, su insistente bla, bla, blá permitió que no reparase en las tarjetas que envié pues estas, además de los saludos de rigor, llevaban unos apuntes de lo más taurino. Amiga, Hakuna Matata. Vive y deja vivir .
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No obstante mi mente inquieta, casi revolucionaria, ha buscado estos franqueos taurómacos por todo el mundo. Y lo sorprendente ha sido dónde he llegado a encontrarlos. Feliz vuelta a casa y que los disfrutéis.

Tan sagrado como sus vacas es este "guapo" de Prieto de la Cal homenajeado en un sello de la India.

La puntualidad oriental no está reñida ni mucho menos con la forma que tiene Morante de "parar los relojes" con su arte.

Otro "guapo" de Miura en un sello estadounidense.
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(Tintas sobre papel y diseños de Luis López)

2 comentarios:

Enrique Martín dijo...

Luis:
Esta es la evidencia de que los toros no interesan a nadie, son algo estrictamente español y sólo es cosa nuestra. ¿Quién podría pensar en la asociación España- toro? Pues todo el mundo, menos cuatro cabezotas.
Un abrazo.

Tercio de Pinceles dijo...

Querido Enrique,

Gracias una vez más por tu comentario.

Creo que los toros interesan a más de cuatro, o al menos prefiero pensar así. Lo que ocurre es que son muchos los indiferentes y pocos, pero muy ruidosos, los "anti". Confío en que los taurinos, además de echar la pata pa'lante en el ruedo, lo hagan dónde sea. Debemos apoyar cualquier iniciativa o convaocatoria a favor de la Fiesta.
Las prohibiciones no llevan a nada, pues pienso que, si debe morir el espectáculo, que lo haga por si mismo.

Ánimo y suerte, que somos más

un abrazo,

Luis