“La tauromaquia es para mí el resumen de mi concepto de vida... una filosofía. He renunciado a todo por el toro e, incluso, renunciaría a la vida sin remordimientos si tuviera que quitármela Él... algún día”. (Eva Florencia – 2.005)
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El pasado viernes inauguró en Sevilla su muestra de obras recientes la torera y pintora Eva Florencia.
Nacida en Florencia (Italia), cuenta Eva la extraña sensación, el impacto que le produjo con 14 años una foto encontrada casualmente en una revista. En ella, un hombre se pasaba un enorme astado a pocos centímetros del pecho. Se dejaba rozar impávido por los afilados cuernos y su cuerpo dibujaba una escultura junto al animal. A fin de cuentas, sólo era un trozo de papel pero con una gran fuerza para ella. Jamás pensó que seguiría esos pasos enfundada en aquella llamativa seda bordada en oro, manchándose con la sangre de esos poderosos y a la par misteriosos animales. Pero a los 17 años dejó su país para comenzar su carrera como matadora de toros en el nuestro. Posiblemente fue la tarde del 12 de julio de 2.001 la de mayor responsabilidad, pues lidió un novillo de San Miguel en una novillada de promoción en la Maestranza de Sevilla. Sin lograr el éxito esperado siguió toreando hasta 2.006, año en el que se retiró para, tras un tiempo de meditación, comenzar una nueva vida.
Nacida en Florencia (Italia), cuenta Eva la extraña sensación, el impacto que le produjo con 14 años una foto encontrada casualmente en una revista. En ella, un hombre se pasaba un enorme astado a pocos centímetros del pecho. Se dejaba rozar impávido por los afilados cuernos y su cuerpo dibujaba una escultura junto al animal. A fin de cuentas, sólo era un trozo de papel pero con una gran fuerza para ella. Jamás pensó que seguiría esos pasos enfundada en aquella llamativa seda bordada en oro, manchándose con la sangre de esos poderosos y a la par misteriosos animales. Pero a los 17 años dejó su país para comenzar su carrera como matadora de toros en el nuestro. Posiblemente fue la tarde del 12 de julio de 2.001 la de mayor responsabilidad, pues lidió un novillo de San Miguel en una novillada de promoción en la Maestranza de Sevilla. Sin lograr el éxito esperado siguió toreando hasta 2.006, año en el que se retiró para, tras un tiempo de meditación, comenzar una nueva vida.
Hoy es una reconocida pintora taurina cuya obra oscila entre el cubismo, el expresionismo, el simbolismo y, por qué no, el surrealismo. Sus trabajos son producto de una imagen mental que trata de materializar de forma que provoque todo tipo de sensaciones en el espectador. Como confiesa Eva, “algunas imágenes salen en parte del subconsciente y, al no tener un modelo concreto, es como meterse en un laberinto sabiendo que hay una salida… pero sin tener el mapa”.
Tenéis oportunidad de disfrutar de su personal pincelada hasta el 12 de mayo en el Restaurante Río Grande de Sevilla (c/ Betis s/n. Junto a la Plaza de Cuba).
¡Suerte artista!.
¡Suerte artista!.
(Más sobre Eva Florencia, sus inicios y su obra en su página web "Lunas claras, toros negros y pinceles bravos" )
2 comentarios:
Luis:
Me gusta el nuevo descubrimiento que nos traes hoy, que es nueva para mi, por supuesto. Cuanta personalidad en su obra.
Un saludo
Querido Enrique,
tan interesante es su concepto de la pintura como su vida dedicada casi por entero al toro.
Me alegro de que sea de tu agrado,
un saludo...
Luis
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