El pintor Roberto Guilmain comparte con todos los aficionados y seguidores de este blog su más reciente trabajo. Se trata de un óleo sobre lienzo de 100 x 81 cm en el que destaca José Tomás en ese momento previo al inicio de paseíllo. Intenso momento. Con el cuerpo envuelto en la luminosa seda roja del capote, su mano se extiende para desear suerte a todos. Saludo que en cada espada es un gesto personal, pues aun recuerdo ese puño derecho cerrado con el pulgar arriba de Curro cada vez que se giraba a las cuadrillas.
Y a la memoria me llegan unas líneas del poeta sevillano Adriano del Valle (1.896 – 1.957) al que Dámaso Alonso retrataba así en el prólogo de su libro “Arpa Fiel”: “¡Qué grande es este Adriano, cerca de nosotros, protegiendo nuestro irresoluto vivir, a fuerza de irradiación optimista de su sagrada calva, con tantos abrazos vegetales…!”. De él, como no podía ser de otra forma, su paseíllo:
Y a la memoria me llegan unas líneas del poeta sevillano Adriano del Valle (1.896 – 1.957) al que Dámaso Alonso retrataba así en el prólogo de su libro “Arpa Fiel”: “¡Qué grande es este Adriano, cerca de nosotros, protegiendo nuestro irresoluto vivir, a fuerza de irradiación optimista de su sagrada calva, con tantos abrazos vegetales…!”. De él, como no podía ser de otra forma, su paseíllo:
Media naranja de sombra
con gajos de soles verdes;
queman su traca los gritos
de hombres, niños y mujeres,
y el viento va pregonando
su brisa en frescos sorbetes.
queman su traca los gritos
de hombres, niños y mujeres,
y el viento va pregonando
su brisa en frescos sorbetes.
Al fin,
allí,
mariposas de sedas y caireles,
temblando por sus espaldas
los tres matadores vienen.
allí,
mariposas de sedas y caireles,
temblando por sus espaldas
los tres matadores vienen.
Ajedrezados los rostros
con sombra y sol,
los jinetes rinden su Breda taurina
saludando sonrientes.
con sombra y sol,
los jinetes rinden su Breda taurina
saludando sonrientes.
Adriano del Valle
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