Morante vive, ¡vivo está que yo lo he visto!.

Morante de la Puebla es otro esta temporada. Los que le seguimos el pasado curso taurino en este no le conocemos, una contradicción ¿no?. Patillas de hacha más cerradas, mejor condición física, más seguridad y exposición ante todos los toros y en condiciones adversas... eso que parece que no cuenta pero es esencial. Lo demás es imprevisible, como ayer.

El sevillano me gustó mucho el día 14 ante un lote imposible. Y el manejo del capote en la tarde de ayer fue como para que al final de la corrida el albero hubiera sido un hormiguero, una explosión de júbilo de aficionados que lo hubieran sacado en hombros, ¡que importa la dichosa puerta!. Pura poesía para un Rafael Duyos de hoy, repiqueteo para los cinceles y gradinas de un Benlliure apasionado y motivo para que los Domingo y Ruano hagamos que perdure en el tiempo el hechizo de ese capote que nunca repetirá las mismas pinceledas sobre la arena. Otros tiempos y hoy, a veces irreconciliables y en ocasiones tan de la mano.

Verónicas de eterno trazo, sublimes, que al recordarlas resisten el tenaz paso de las horas, los días. Chicuelinas llevando al toro al caballo en las que en un parpadeo Gallito y él eran uno solo. Ajustadas medias verónicas, una de ellas de incalculable valor plástico al darla entregado, buscando el sitio, colocándose de frente y dejando que la tela le envolviese pese a que el toro le buscaba encelado... fracciones de segundo de mucho riesgo para gozo nuestro. E incluso un auto-quite en su primero a una mano en el que hizo del defecto virtud, saliendo del aprieto con majeza torera.

Imitando, algún entendido dirá parodiando, con respeto y admiración al célebre K-Hito solo puedo decir que "Morante vive..., ¡vivo está que yo lo he visto!".

Dcha. arriba: Perfil de Morante de la Puebla (carboncillo)

debajo: apunte sobre papel inspirado en la tarde de ayer (tinta).

Abajo izda.: "Conjunción para el embrujo: desdén de Morante" (ceras sobre papel), todas obras de Luis López.