lunes, 29 de marzo de 2010

Libro: "La Tauromaquia".

Casi imposible de conseguir, salvo en alguna feria del libro antiguo, llega a mis manos un pequeño libro editado en Bilbao en 1945. “La Tauromaquia” resulta ser una deliciosa paráfrasis de un poema didáctico del escritor francés François Piétri. En algo menos de 40 páginas, el texto describe la lidia desde el paseillo hasta el arrastre final del toro, llamando la atención del lector en todos los tercios. Las estrofas destilan humor, ironía y pedagogía taurina a partes iguales y van dirigidas tanto al aficionado como al profano…

“Si el que ocupa un asiento en el tendido
desconoce las reglas del Gran Arte,
[…]
nunca puede comprender
ni apreciar lo que en el ruedo
ante el asombro general sucede”

Los versos definen pases y lances con majeza torera…

“… el de pecho es audaz, pero obligado;
lo impone el mismo toro cuando vuelve
rápido al natural.
El ayudado también lo exige el pegajoso astado,
que en un palmo de tierra se revuelve.
Mas si el diestro con él abre la suerte,
juntos los pies y la cabeza erguida,
se denomina pase de la muerte,
porque se arriesga al darlo una cogida”



Y termina…

“Me dictó este poema musa austera.
Sólo refleja una pequeña parte,
la más elemental,
del egregio Arte del Toreo.
Lector,
inútil fuera quererte hacer oráculo infalible
de una ciencia en que siempre hay discrepancia…”



Acompañan a este cantar, veinte apuntes del genial Roberto Domingo.

2 comentarios:

Enrique Martín dijo...

Luís que forma más fina y certera de explicar el toreo. Y como ya te he dicho más de una vez, enhorabuena por la elección de las ilustraciones, por tu generosidad al mostrar otros artistas y que tengas en cuenta que muchos estamos deseando ver tus trabajos. Que envidia el señor este, el tal Roberto Domingo. Como captaba toda la fuerza. A mi casi me gusta más que Casero, aunque sea una elección muy complicada. Te recomiendo, aunque seguro que ya lo conoces, el libro de Mª Dolores Agustí, dedicado a él.
Un saludo

Tercio de Pinceles dijo...

Querido Enrique,

lo cierto es que cuando uno lee este pequeño libro, se da cuenta de que solo con amor y entendimiento de nuestra Fiesta se puede llegar a describirla didácticamente, sin rebuscadas rimas.

Roberto Domingo, al igual que Antonio Casero, sabes que eran fijos en la prensa al día siguiente de una tarde de toros. Hoy daríamos lo que fuera por hallarles junto a las crónicas taurinas. Mucho mejor que esas instantáneas que rebuscan en lo peor de una mala tarde. Personalmente, compraría el periódico sólo por hallar sus vertiginosos apuntes.

Un abrazo,

Luis.